Algunos
radiestesistas la definen como un método, una técnica, un estudio, o incluso
como un arte. La radiestesia es una disciplina que se caracteriza por utilizar
como instrumentos principales el péndulo
o las varillas, o el aurámetro y el biotensor. Estos instrumentos permiten
al radiestesista captar ondas o radiaciones de objetos, personas o lugares. La
radiestesia se utiliza con diversos fines, tales como: 1. Oráculo. Hacer preguntas de sí o no, o con opciones, y ampliar las
respuestas con tablas de radiestesia. 2. Buscar y encontrar personas, objetos,
agua o minerales. Estas búsquedas
pueden realizarse en terreno o en un mapa (a distancia). Pueden encontrarse objetos,
minerales, aguas o cadáveres subterráneos o que estén en la superficie. 3. Mediciones. Sirve para realizar
evaluaciones de salud, aplicando el instrumento a órganos o tablas de radiestesia;
evaluaciones de energía, chackras, vitalidad o aura; evaluación de energías
síquicas o geopatógenas de lugares y viviendas. 4. Fines terapéuticos. La radiestesia se complementa de manera
efectiva con terapias complementarias como: homeopatía, cromoterapia,
aromaterapia, gemoterapia, sintergética, reiki, terapia floral, elección de
medicamentos, transmisión de principios activos por telerradiestesia médica,
acupuntura, alimentación, etc. 5. Asesorías
en construcción y orientación de inmuebles según las radiaciones del lugar.
Lo mismo en terrenos agrícolas, fen shui, distribución de muebles, etc. Los
instrumentos son intercambiables en estas funciones, aunque habitualmente se
utiliza el péndulo con tablas de radiestesia, las varillas para búsquedas en
terreno, el aurámetro y el biotensor para evaluaciones de personas.
Cómo
funciona
Todos los
cuerpos emiten energía en forma de ondas o vibraciones (radiaciones) que nos
rodean y estimulan nuestro sistema nervioso central. Estas radiaciones se
almacenan en nuestro cerebro. El objeto, sustancia, anomalía o persona, la
materia en fin, actuaría como un emisor, y nuestro cerebro como un receptor. El
instrumento de radiestesia es un amplificador, que nos proporciona respuestas
claras y objetivas a preguntas de cualquier índole: adivinación, preguntas
personales, diagnósticos médicos, yacimientos de aguas o recursos naturales,
etc. Así, la radiestesia es el arte de
captar radiaciones. Al formular la pregunta, o señalar el objeto, dibujo,
lugar, órgano, sea cual sea la pregunta, nuestro cerebro emite impulsos o
movimientos involuntarios que producen una respuesta o movimiento en el
instrumento, según cuál sea la convención programada. La resonancia es la
perfecta sintonía entre una radiación (persona, color, energía, mineral, etc.)
y nuestro sistema neuromuscular. Cualquier
persona puede iniciarse en la radiestesia. Aunque un síquico o un individuo
intuitivo la aprenden con mayor facilidad, requiere dedicación y estudio para
perfeccionarse.
Los principales
principios de la radiestesia son que la
materia emite energía o radiaciones electromágneticas que son captadas por
nuestro sistema nervioso central. Esto al amparo de descubrimientos de que la
materia es manifestación de vibración de ondas; que pensamos con todo el
cuerpo; y que las radiaciones nos afectan y se pueden medir, tanto las
eléctricas como magnéticas o energías aún no estudiadas por la ciencia. Sin
embargo, esta práctica es muy antigua.
Historia
de la radiestesia
El uso de la
radiestesia data del año 8.000 a. C. Hay registros en África de que se
utilizaban varas de madera para encontrar agua. En Medio Oriente esta práctica
era tan común que el libro del Éxodo relata que Moisés, con su bastón, encontró agua en el
desierto, y que lo utilizaba con diversos fines mágicos. La palabra radiestesia
proviene de la raíz latina radio, que
significa vibración, magnetismo, radiación, y de la raíz griega estesia, que significa sensibilidad. Sin
embargo, antiguamente era conocida como rabdomancia,
de rabdo (varilla) y mancia (adivinación). Esto atendiendo a
las necesidades de aquellas épocas, principalmente de encontrar agua en África
y Medio Oriente. Fue practicada en Egipto, Grecia, Roma, y durante la Edad
Media. En la época de la invasión a América, muchos sacerdotes católicos que
acompañaban a los colonos eran radiestesistas. Utilizaban sus artes para elegir
el lugar de las catedrales y las plazas de armas. Ésta es la razón de que la
catedral principal de cada ciudad, las que existen desde entonces, estén
orientadas hacia el Oriente en sus entradas. Al entrar a esos recintos y
caminar en línea recta hacia el altar, el péndulo o las varillas oscilan o se
mueven descontroladamente por las energías geológicas. En las Guerras Mundiales
también utilizaban radiestesistas para localizar submarinos enemigos. En la
época actual, ha habido muchos estudiosos y eruditos de la radiestesia; también
sacerdotes católicos radiestesistas que se han dedicado a la sanación, como el
abate Alexis Bouly.
Radiaciones
y geopatías: Salud
Muchas
radiaciones pueden afectar nuestra salud en mayor o menor medida: cercanía con
torres de telefonía celular o de alta tensión; plantas nucleares o
radioactivas; construir sobre fallas geológicas; construir sobre napas de agua
subterráneas, sin importar si están secas; construir sobre antiguos cementerios
o cadáveres; sobresaturación o mala distribución de los muebles. Nuestro
planeta se encuentra atravesado por dos grandes redes. La red global de
Hartmann va de norte a sur con distancia de 2 metros, y de este a oeste con
distancia de 2,5 metros. La red de Curry va en diagonal: de noreste o suroeste,
y de noroeste a sureste. Su distancia y anchura varía según las fases lunares,
tormentas solares, cercanía de terremotos o tormentas, entre otros factores. En
España se han elaborado mapas de estas redes en la región.
Un cruce de red
de Hartmann coincidente con un cruce de red de Curry puede generar radiaciones altamente
nocivas en aquel lugar. Así también, las construcciones, al igual que las
manzanas de casas, o los muebles rectangulares, emiten la radiación de sus
cuerpos por los vértices. El lugar de cruce de muchas energías, como la de dos
manzanas contiguas saliendo la energía por las esquinas de la calle, puede ser muy
dañino para la salud. Es función del radiestesista evaluar la vivienda, en
tanto posibles geopatías y su nivel de gravedad, que pueden solucionarse a
veces de manera sencilla, como instalando dispersores (dibujos hechos con
fórmulas). La energía nociva de las napas de agua subterránea puede
contrarrestarse enterrando barras de cobre adosadas a cada vértice del primer
piso; construyendo la edificación sobre una capa de vidrio molido, o incluso
enterrando un alambre amarrado a la llave de paso externa del agua. Distribuir
bien los muebles también ayuda a la armonía y el bienestar; permitir que la
energía circule en su justa medida, orientar la cabecera de la cama hacia el
norte, etc. Para limpiezas de energías síquicas o presencias espirituales, es
conveniente asistirse con un síquico o médium, pero la radiestesia es una
poderosa herramienta para realizar la evaluación y el diagnóstico de la
vivienda.
El dispersor (en
la imagen) puede colgarse en la pared de la habitación, o ponerse debajo de la
cama o de algún mueble o alfombra si desea ocultarse. Contrarresta geopatías,
energías síquicas perjudiciales e incluso la magia negra.
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